Siempre he creído que yo nací para escribir.
Escribir me ha salvado la vida más de una vez, y me ha permitido ver y conocer partes de mí que sé que de ninguna manera hubiese podido ver.
Desde hace tiempo que practico este mantra: ‘‘no es necesario lograr algo para convertirte en alguien’’ y lo practico, esencialmente con la escritura. Yo soy escritora porque escribo todos los días, no necesito un reconocimiento, un certificado o alguien que valide que lo hago. Tu trabajo interno se ve reflejado en tus hábitos, y si tienes el hábito de escribir, eso, ya te convierte en escritora.
Eso me ha resultado desafiante estos últimos meses, porque a causas de trabajo, actividades y vida profesional no me había dado el tiempo para escribir, simplemente no era una prioridad para mí. Estos últimos meses mi prioridad era sacarme la carrera, terminar mis prácticas y cumplir con mi otro trabajo para conservarlo y así, poder seguir estudiando. Han sido unos meses desafiantes, pero llenos de mucho aprendizaje, no solo profesionalmente, sino también personalmente.
Aunque, llega un momento que las cosas no fluyen.
Y yo, definitivamente no estaba fluyendo con la vida.
No solo había olvidado quien era, me sentía estancada, frustrada y francamente no veía ningún significado en lo que estaba haciendo, nada tenía sentido.
Hace unos días terminé mis prácticas y estoy de vacaciones en mi trabajo.
El Domingo estuve más de 3 horas escribiendo. Nunca había escrito tanto en mi vida. Hoy es Lunes, y definitivamente puedo ver que estaba estancada.
Escribir es lo que me permite fluir. Ahora puedo entenderlo. Antes lo decía y lo sabía, pero ahora lo entiendo.
Naturalmente pienso mucho, sobre todo, sobre nada y, si no dejo ir esos pensamientos, ellos me controlan a mí. Tengo que escribir para dejarlos ir y poder fluir con la vida.
No importa si tengo pereza, si hoy no me apetece, el precio de no hacerlo es muy alto.
La vida es circular. Así como el planeta que, como nosotros, es 70% agua y el agua necesita fluir constantemente, porque si no, se estanca.
La vida es circular. Para poder recibir, necesitas dejar ir
La vida es circular. Identificar qué necesitas te ayuda a ver más claro el camino a vivir una vida que tu quieras para ti.
Y así, un ciclo sin fin.
Y así, la vida.
No aplica solo con hobbies o trabajo.
También aplica con personas.
Hace meses conocí a alguien con quien conecté al instante. Sentía que podía ser yo; sin pensarme dos veces lo que voy a decir por miedo a que pensara de mí.
Porque estando naturalmente enfocada en ser yo, lo que pensara de mí, pasaba a segundo plano.
Así me doy cuenta que nunca se ha tratado de lo que pase, sino como lo afronte.
Y como lo afronte va relacionado a como me sienta.
Si siento la vida liviana es porque estoy en una vida que me permite sentir la vida liviana, llena de personas, hobbies, vida profesional y sentimental que me permitan sentir la vida liviana.
No necesariamente necesitas personas para sentir la vida liviana.
Pero si encontrar tu manera de representar ese amor que llevas dentro a través de la tangibilidad. Bien sea, amigos, familia, tu relación contigo, con tu cuerpo y lo que te rodea.
Encuentra diversión en el día a día y la vida fluye.
El círculo se cierra y empezamos de nuevo.
La vida está del otro lado del miedo.
Preguntas de la semana
¿Has conocido a alguien que hace que sientas tu vida más liviana?
¿Qué actividad te permite sentir desconectado/a de todo y más conectada contigo?
¿Qué rutina de hábitos tiene la persona en la que deseas convertirte?
Te comparto mi vision board. Inspirado en el día a día de la persona que aspiro ser. Para hacerlo me he hecho las siguientes preguntas:
¿Qué habitos tendría esa persona?
¿Cómo se vestiría?
¿Cómo es su día a día?
He querido hacer algo diferente este año y no enfocarme en lo que obtengo sino en como debo actuar y pensar para llegar allí.
Porque no es difícil hacer las cosas diferentes, lo difícil es hacerlo todos los días.
Pero, si me enfoco en cada día, la vida se hace más sencilla.
Ya te contaré que tal me va con esta teoría.
Un abrazo,
-Gracia