Todo lo que cuesta vs. el valor que aporta
Sobre renunciar al pasado, abrazar quien eres y encontrar tiempo para explorar tu mente.
Para darte un update de mi vida, últimamente he estado estudiando, trabajando y pensando, pero, cuando no estoy haciendo eso, estoy comiendo o cumpliendo con mis necesidades fisiológicas (lo dejo a libre interpretación :) ).
Tener una vida en donde estoy haciendo algo a cada hora ha sido mi manera de vivir desde siempre, y a pesar de que ahora también sea así, creo que ahora lo hago desde una perspectiva diferente. Antes, siempre tenia que estar haciendo algo porque creía que ahí estaba mi valor como persona, y si yo no era productiva nadie me iba a querer e iba a estar por siempre sola y abandonada (ahora que lo leo hasta luce un poco dramático, pero es así como me sentía).
Mi vida es diferente ahora porque ya estoy sola y lo que más temía que sucediera ya pasó. Hace un tiempo mi relación con mis padres se había vuelto un poco complicada porque se habían enterado que soy bisexual, y para una familia católica tradicional como la mía, fue un reto aceptarlo, en especial, yo estando lejos de casa, pero la verdad tocó la puerta y ya no habia manera de ignorarla.
Inesperadamente ya no necesitaba aceptación por parte de ellos, sabía que mi trabajo era aceptarme a mí como fuera, y saber que, como mis padres piensan no tiene que ver con quien soy yo, al final del día, es solo una percepción. Una percepción que generó en mi muchas dudas y tristeza, pero que me sirvió como fuerza para entender que en tiempos oscuros, de duda o miedo, es mi deber procurar estar para mí, y permitirme ser y representar todo lo que llevo dentro.
Es así como he logrado encontrar valor en lo que hago, ya no haciendo para valer, sino hacer porque valgo. Y valgo lo suficiente como para representar y explorar más en mi trabajo y en lo que quiero que lo sea.
Y no te voy a mentir, tomar decisiones y ser fiel a algo que sientes dentro, pero no algo que los demás puedan ver, es dificil. Siento como si estuviera renunciando a la validación externa, en un sistema en donde, la validación externa es todo lo que importa, en un sistema en donde los premios, las certificaciones, y la recompensa inmediata son vistas como necesidades para tener una vida feliz, pero, ¿qué pasa con mi definición de logro? ¿de éxito? ¿de eso que he vivido y nadie más puede entender y que me ha permitido estar orgullosa de todo lo que soy y hago ahora a pesar de que los demás no lo vean porque no saben todo lo que hay detrás?. Y no necesito que lo vean, pero si quisiera que lo hicieran.
Es ahí en donde me pregunto…. ¿lo vale? ¿Vale todo lo que me ha costado? ¿Vale las personas que he dejado atrás, las decisiones que tomé, a lo que renuncié?. El ser humano es una contradicción. Tengo momentos en donde estoy caminando en las calles, observando lo que me rodea y me invade un sentimiento de que estoy viviendo un final feliz, y que ahora puedo escribir y contar otra historía diferente. También tengo momentos en donde echo de menos muchas cosas; personas, momentos e incluso la persona que era antes de todo esto, pero es un sentimiento extraño porque he entendido el significado de ‘‘echar de menos no significa querer volver’’. Echar de menos me hace saber que cosas quiero crear y que deseo dejar atrás, para a través de ese amor, encontrar el amor y hacerlas realidad.
El ser humano es una contradicción porque la vida está llena de tantos matices que, por el bien de mi salud mental y emocional, quisiera hacer nada de vez en cuando, estar conmigo y con mi mente, a veces con amigos, a veces riendo y otras llorando, pero siempre viviendo y encontrando más maneras de amar.
Para más historias sobre mi estilo de vida y reflexiones sobre la vida adulta ya sabes que puedes escuchar mi podcast gratis en Spotify siguiendo este enlace.
Suscrpibete para recibir cada semana una nueva historia